El alto el fuego entre Israel y Hezbollah, mediado por Estados Unidos y Francia, entró en vigor este miércoles a las 04:00 hora local (02:00 GMT), tras más de un año de enfrentamientos.
A pesar de la tregua, el portavoz del Ejército israelí, Avichay Adraee, confirmó que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) permanecerán desplegadas en el sur del Líbano.
“Se prohíbe acercarse a las aldeas que las FDI han solicitado evacuar o aproximarse a sus tropas en la región. Por su seguridad y la de sus familias, absténganse de trasladarse a la zona”, advirtió en X.
El acuerdo establece tres etapas: una tregua inicial, el repliegue de Hezbollah al norte del río Litani y la retirada total de las tropas israelíes en un plazo de 60 días.
Además, contempla negociaciones para delimitar la frontera entre ambos países, actualmente trazada por la ONU desde la guerra de 2006. El presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró que el plan está diseñado como un “cese permanente de las hostilidades” y cuenta con garantías de Washington para proteger la libertad de acción de Israel en caso de violaciones por parte de Hezbollah.
La tregua llega tras semanas de intensa violencia. Horas antes de su entrada en vigor, Israel bombardeó edificios al sur de Beirut y emitió órdenes de evacuación en la zona.
Hezbollah, respaldado militar y financieramente por Irán, afirmó haber atacado con drones la residencia del jefe de la Fuerza Aérea israelí, general Tomar Bar, en Tel Aviv.
El conflicto ha desplazado a más de 1,2 millones de personas en el Líbano, con la mitad cruzando hacia Siria. En el norte de Israel, 78 personas han perdido la vida, incluidos 47 civiles, mientras que unas 60.000 personas permanecen evacuadas desde que comenzó el conflicto hace 14 meses.
El alto el fuego cuenta con la supervisión de Estados Unidos y Francia, que se han comprometido a monitorear su implementación completa. Según declaraciones de Emmanuel Macron, presidente francés, y Joe Biden, garantizarán que ambas partes cumplan con sus compromisos.