Aparentemente el clan Zacarías ni se dio por enterado que el nuevo gobierno en el Paraguay está conducido por un equipo totalmente antagónico al de ellos, y siguen manejando y manipulando a su gusto la mayoría de las entidades públicas del Este del país. Y especialmente esto se da con los agentes de la Policía Nacional, cuyos referentes a nivel Alto Paraná responden a exclusivas órdenes de los ladrones del dinero público, y hasta los esbirros y hurreros de la intendenta, el senador, el diputado y el concejal, emiten ordenes que son cumplidas por los jefes policiales.
Una de las muestras se dio nuevamente durante una manifestación obligada que tuvieron que hacer funcionarios de la Municipalidad de Ciudad del Este, quienes al dejar sus puestos de trabajo a las 13:00 horas el miércoles, fueron arreados hasta la mansión de la corrupta jefa comunal y su marido ladrón, para supuestamente darles su apoyo ante los escraches que vienen recibiendo de la ciudadanía de bien.
Es así que la violenta patotera Aida Molinas, principal asesora de Sandra y Javier Zacarías Irún, y quien tiene en su haber agresiones a periodistas y autoridades elegidas por el voto popular, estaba en ese arreo dando órdenes a los jefes policiales de la zona. Los jefes uniformados a su vez, tirando por la borda sus decenas de años de servicio al uniforme y a la gente, obedecían las órdenes de los más violentos.
Todo esto, ante la impasividad de las autoridades regionales que accedieron a sus cargos ante el hartazgo de la gente hacia los robos del clan Zacarías, ya que hasta ahora no movieron un solo dedo para que la Dirección Policial de Alto Paraná responda a la gente, y no a los ladrones del dinero público.
Además, la mayoría de las oficinas de las entidades estatales que funcionan en Alto Paraná, siguen siendo comandadas funcionarios corruptos que responden al clan Zacarías, mostrando el nulo peso político que tiene AÑETETE, el equipo ganador de las últimas elecciones presidenciales y regionales en nuestro país y nuestro departamento. Así, Alto Paraná sigue esperando su primavera política.