“Olvidando” que la ladrona Sandra Mc Leod de Zacarías humilló repetidamente a la institución llamada Junta Municipal, negándose a responder centenas de informes formales, y no asistiendo a las sesiones del organismo legislativo tal como fue requerida por los concejales y como lo exige la Ley Orgánica Municipal, ayer se produjo, al menos oficialmente, la primera reunión entre la corrupta jefa comunal y los ediles mencionados. Ambos concejales ni siquiera “recordaron” los “burdos” ataques que recibieron de parte de los hurreros de la familia de la jefa comunal.
La excusa fue la “urgencia” por tratar el tema de la seguridad en el microcentro de Ciudad del Este, que ya estaba siendo abordado por la Junta Municipal ante las ausencias de la intendenta en su lugar de trabajo. Los concejales venían promoviendo reuniones con varios sectores de la sociedad, pero ayer la maltrecha jefa comunal convocó de urgencia a una reunión con el mismo temario, pero sin invitar a algunos sectores que critican su desastrosa gestión al frente de la Municipalidad de Ciudad del Este.
La presencia o no de los concejales municipales en esa “invitación” de Sandra de Zacarías ni siquiera fue debatido, y solamente fue decidida unilateralmente por Herminio Corvalán, quien en ese momento ejercía la presidencia ante la ausencia por permiso de Miguel Prieto. Y allí fueron el propio Corvalán junto y su colega Celso Miranda kelembú, quien de hecho ya viene con un largo historial de transadas con sus nuevos patrones del clan Zacarías, especialmente con licitaciones que son alegremente aprobadas desde su comisión, y en el pleno.
Tanto Corvalán como kelembú, no llevaron en cuenta que sus antiguos compañeros de lucha, gente que día a día libra sus batallas contra el clan Zacarías exigiendo la transparencia en la administración municipal y recibiendo cascotes, agresiones brutales y apaleamientos callejeros, siguen en la misma lucha y mantienen una postura invariable de no avalar la gestión de una bandida que administra la Comuna que es de todos los esteños. Con su presencia en la reunión, los dos concejales (sin mencionar a los ediles oficialistas presentes), dieron una “patada en el trasero” a los manifestantes que siguen sus escraches, desafiando a la violencia policial y a los hurreros del clan Zacarías.