La Dra. María Carolina Llanes no dijo exactamente así, pero mostró los resultados de un análisis realizado por su gestión, para mostrar que el clan Zacarías solamente en el 2017 gastó más de 46 mil millones de guaraníes en pagos a «Jornaleros», que no se vieron jamás en las calles de Ciudad del Este, ya que el desorden y la suciedad fueron las constantes en la gestión del clan desde hace más de 18 años.
Además, en el 2018, de enero a noviembre se han destinado más de 37.000 millones de guaraníes al pago por este rubro, pero la ciudadanía del Este del país sabe con certeza de que no existe tal cantidad de jornaleros, sino que se tratan de operadores políticos que responden al clan Zacarías, y que viven a costas del erario público sin trabajar.
Volviendo al 2017, se puede verificar según el documento, que había 1.626 «jornaleros», en febrero, 1.666, en marzo 1.711; en abril sube a 2.192, mayo 2.248, junio 2.310, fluctuando el resto del año en esa media, para terminar diciembre del 2017 con un total de 2.056 «jornaleros».
Estas contrataciones del clan Zacarías significaron a las arcas públicas la friolera suma de 46.434.224.400 (cuarenta y seis mil cuatrocientos treinta y cuatro millones, doscientos veinticuatro mil cuatrocientos) guaraníes.
En el año 2018, comenzó enero con 1.725 «jornaleros», para terminar en noviembre, mes en que se instala la intervención, con 1.597 «jornaleros». En abril sin embargo, mes de las elecciones, hubo 2.051 contratados, lo cual significa que más de 500 operadores políticos fueron asalariados con el dinero público para trabajar por los candidatos del clan Zacarías.
En los 11 meses del 2018, la erogación municipal por los contratados ascendió a 37.820.892.389 (treinta y siete mil ochocientos veinte millones, ochocientos noventa y dos mil trescientos ochenta y nueve) guaraníes, dinero que supera el presupuesto general de gastos de muchas municipalidades juntas en Alto Paraná.
Solamente entre enero del 2017 y noviembre del 2018, la intendenta ladrona Sandra de Zacarías pagó más de 84.254 millones de guaraníes en operadores políticos, un monto altamente absurdo para una ciudad no que mostró jamás mejoras en su estructura ni en servicios públicos municipales.