La mayoría de los incondicionales del clan Zacarías tuvieron sus contratos renovados hace algunos días, y las fuentes de Radio Concierto confirmaron que la estructura del clan mafioso jamás fue tocada con la llegada del nuevo Gobernador, y los esquemas de trampas para las licitaciones y otros negociados permanecen intactos.
Pero no solamente son funcionarios de tercer o cuarto rango, que generalmente no son removidos enseguida, sino que se tratan realmente de personas de confianza del anterior gobernador Lucho Zacarías, quienes no fueron tocados. Ellos están en casi todas las secretarías, haciendo de las suyas con total impunidad.
De acuerdo a lo que pudieron saber periodistas de Concierto, la renovación de contratos se dio en el mes de enero a instancias del farsante concejal de Ciudad del Este Celso Miranda “Kelembú”, ya tras su acuerdo con el clan Zacarías para dejarles gobernar en la Municipalidad a pesar de la destitución de Sandra de Zacarías.
Roberto González Vaesken habría exigido gran parte de la “torta municipal” al “intendente mau”, “kelembú”, y a cambio de eso este logró la renovación de los contratos de los zacariistas en la Gobernación.
Las fuentes dieron algunos nombres, y aseguraron que hurreros contratados en la división de Tesorería, y de Presupuesto, fueron incluso nombrados. Tal es el caso por ejemplo de Leticia Florenciáñez, quien queda como Tesorera; y Nelson Lobos, como personal de confianza en la Secretaría General.
Además, en la Secretaría de Recursos Humanos permanecen cuatro familiares de la Lic. Deisy Gregor, funcionaria de confianza primero de Javier, luego de Sandra de Zacarías en la Comuna, y más tarde de Lucho Zacarías en la Gobernación. La Secretaría de Salud está lleno de zacariistas y hasta ellos se sorprenden que no fueran descontratados.
Además, permanece al lado de González Vaesken un sujeto identificado como Walter Rojas, asistente de Alcides Gavilán en Protocolo. El mismo sigue siendo prestanombre de Lucho Zacarías, para una empresa que hacía decoraciones con millonarios contratos en la Gobernación, durante la gestión anterior.
Todos estos incondicionales zacariistas firmaron nuevos contratos ante la molestia de dirigentes de Añetete que trabajaron por la candidatura de Vaesken, y siguen sin poder trabajar. La explicación que recibieron es que “ya no se les puede tocar”, o que “ya se negoció todo para que se queden”. Sí fueron echados antiguos funcionarios que hacían limpieza, y otros servicios generales. Lo cierto es que el clan Zacarías sigue mandando en la Gobernación.