Por: Rocío Celeste González Alvarenga, Agente fiscal de Lucha contra la Violencia Familiar Nº 2
La vida es una lucha continua. Siempre deseamos algo mejor e intentamos conseguirlo. Pero no debemos abandonar la lucha cuando se trata de derechos humanos: falta de libertad, opresión y humillación. Por eso, las mujeres gritan ahora con una fuerza inusual. Situaciones tan intolerantes, como la violencia doméstica (mejor llamarla de género), el acoso sexual, la prostitución o el tráfico de mujeres han incrementado el sentimiento de malestar. No solo entre las mujeres sino en toda la sociedad. En los últimos años ha aumentado los números o el «descubrimiento» gracias a los medios de comunicación sobre estos estilos de violencia, lo que ha llevado a los Gobiernos y a organismos internacionales a tomar soluciones drásticas contra ello. Desde la institución, los Estados tienen el deber de proteger a sus ciudadanos de todo abuso sobre sus derechos y promover, en consecuencia, las medidas necesarias para paliarlos, pero vemos que eso no es suficiente.
La sociedad ha de reconocer el saber acumulado de las mujeres como motor de cambio. Se ha dado cuenta de que existe un problema real y que hay que intentar solucionarlo entre todos. Quizá «todos» sea una palabra ambigua, pero engloba a cada uno de los sectores que componen la sociedad. Las instituciones comprometidas en el “sistema” tienen que tomar parte en forma real y tangible en la medida que les corresponde, principalmente en el ámbito legal, no dejarlos en las leyes únicamente, sino aplicarlos conforme a ley, esa es la misión primordial y única de cada estamento del Estado.
Las asociaciones y las organizaciones no gubernamentales ayudarán en la labor social. Pero, ¿qué pasa con el resto de la población? Ahí es donde reside gran parte del problema, llegar a todos los niveles del sistema.
Es por ello que resumo en solo una frase: “BASTA DE SILENCIO”, y comprometo al Estado en que siga impartiendo programas de lucha por la igualdad de género, de educación familiar, DE APOYO constante con proyectos ejecutados, transformando sueños en realidad, como la provisión de ALBERGUES ESTATALES para mujeres y niños en estado vulnerable.