Mirta Isabel Cabrera (35), asesinada con saña por su pareja César Benítez (30), vivía con él y su pequeño hijo de seis meses, en una casa ubicada en el Km 19 Monday, barrio Las Colinas del Monday de Minga Guazú. El 13 de febrero último salió despavorida de la casa ante las agresiones y amenazas de muerte de su pareja. Pero antes, comunicó a la comisaría 8va de esa ciudad. La comunicación fue «encajonada» en la comisaría.
La mujer buscó un alquiler en el barrio Juan E. O´leary, cerca de su trabajo, el casino Acaray. Sin embargo, el hombre la volvió a seguir, la seguía amordazando. Le prohibió estar en contacto con su familia y amigos, la seguía manteniendo bajo agresiones y amenazas.
Todo ocurría mientras que su pedido de auxilio «dormía» en los cajones de la Policía. El caso no fue comunicado a la Unidad Especializada en Violencia Familiar, Emilce Ovelar, ya que supuestamente no se trataba de una denuncia por violencia sino un simple abandono de hogar. Finalmente, Mirtha fue asesinada de 5 puñaladas por parte del sujeto, y se deshizo del cuerpo con la ayuda de otras personas arrojándolo al río Monday.
NO LA PROTEGIERON
El acta policial del 13 de febrero fue firmado por Érica Ortencia García Domínguez, suboficial inspector de la comisaría 8ª, quien antes de salvaguardar a su congénere, aparentemente encajonó la denuncia y nunca elevó al Ministerio Público. Las instituciones no la protegieron y se debe analizar e investigar con profundidad el caso para que las instituciones no pasen a ser más que cómplices de crímenes evitables. #RadioConcierto