El obispo de la Diócesis de Ciudad del Este, monseñor Guillermo Steckling, ofició la misa central en honor a María Auxiliadora en Minga Guazú y centró su homilía en el optimismo del cristiano, y si hay necesidad de pedir auxilio se debe pedir a la virgen María y a Dios.
“Los cristianos son optimistas, no caen así nomás en la depresión, conocemos la cruz, la veneramos, continuamos en la lucha contra el mal. Este optimismo se expresa en la fiesta de María Auxiliadora. Podemos sufrir, pero basta gritar auxilio a María y ella acude a nuestro socorro”, dijo.
Añadió que los males no han desaparecido del mundo. “Rezamos por la salud, pero no todas las enfermedades se curan por un milagro, podemos decir no a la injusticia, no al odio y sin embargo brota, como vemos en las guerras, en la pobreza extrema. Miremos la palabra de Dios, miremos a nuestra madre para saber en qué consiste el auxilio que indica su nombre y cómo uno alcanza este auxilio”, marcó.
Agregó que, Dios escucha las súplicas y los auxilios con las oraciones, está presente. Así da consuelo y libera de ataduras. “La oración, la acción. El auxilio divino que podemos esperar, esto hay que dejar a cargo de Dios, él siempre nos sorprende, él tiene muchas maneras de escuchar nuestras súplicas; la oración nunca queda en vano, a veces nos da milagro sorprendente; a veces no, pero nos da paciencia, nos devuelve la paz, nos da consuelo…nos libera de las ataduras. Esto es el auxilio que podemos esperar de Dios y de María”, finalizó.