Traumatólogos extirpan tumor y reconstruyen parte afectada del fémur con implante óseo en niños con osteosarcoma (cáncer de hueso).
La detección a tiempo de la enfermedad, contar con personal especializado y, la donación de huesos, son factores que contribuyeron al éxito de estos procedimientos que permiten preservar extremidades.
Febrero, último domingo de vacaciones, Ana estaba contenta por el inicio de las clases y aún con la energía de haber celebrado su décimo cumpleaños unos días antes, pero esa noche un dolor de rodilla intenso hizo que dejara la mochila cargada y el uniforme colgando del perchero. Se dirigió a Urgencias del hospital general pediátrico “Niños de Acosta Ñu” y, tras varios estudios, sus padres recibieron el diagnóstico de osteosarcoma, cáncer óseo.
Mientras Ana iniciaba tratamiento en el departamento de oncohematología del mencionado hospital, Juan, de 6 años de edad, con el mismo diagnóstico, se encontraba en proceso de recuperación del primer trasplante de huesos realizado en el servicio. Meses más tarde, Ana fue la segunda (se utilizan nombres ficticios para resguardar la identidad de los niños).
Los médicos realizaron cirugías de preservación de miembro. Un trasplante parcial de fémur con aloinjerto óseo, proveído por el Banco de Tejidos del Centro Nacional de Quemaduras y Cirugías Reconstructivas (CENQUER), más la fijación con placas y tornillos.
Los especialistas explican que la reconstrucción se puede realizar a través de un autoinjerto óseo (del mismo paciente) o aloinjerto óseo (desde el banco de huesos), y, en el caso de que ambas opciones no sean posibles, se realiza con una prótesis no convencional.
Varios son los factores que los médicos analizan antes de realizar este procedimiento. Deben verificar que el tumor no comprometa vasos sanguíneos y nervios mayores, que se encuentre en una región que pueda ser reconstruida, e igualmente, que no exista una contaminación tumoral de un volumen grande de tejidos, la presencia o no de metástasis en órganos vitales y, la disponibilidad del injerto.
“No sé el hueso de quien tiene mi hija, pero le salvó prácticamente la vida”
Ana sostiene un peluche entre sus brazos mientras su madre habla sobre la importancia de donar órganos. Menciona que su hija pudo acceder a una cirugía que antes no era posible, pero eso cambió gracias a la donación de huesos y que el país pueda ofrecer un banco de tejidos.
Comentó que ahora están en el proceso de controles y curaciones. Cuando el médico indique el momento esperan iniciar la etapa de movilización de pierna con el acompañamiento de fisioterapeutas.
Respecto a la atención del hospital, expresó, “me sorprendió la infraestructura y lo que ofrecen. La calidad humana, el apoyo. Tengo mucho que agradecer a la gente que trabaja aquí. Tienen vocación. Se preocupan por la gente”.
En la habitación continua estaba Juan. Llegó al hospital apoyado en sus muletas. Su proceso de recuperación es rápido, cumple con la rutina de ejercicios porque ya desea volver a jugar fútbol, dice su mamá, mientras él la deja atrás andando con velocidad por los pasillos del hospital.
Tanto Ana como Juan llegaron al “Acosta Ñu” por dolores de rodillas. En ambos casos, sus padres refieren que se trataba de molestias ocasionales, y que después de una queja seguían corriendo y jugando, pero la inquietud de encontrar respuesta a lo que había detrás de esas molestias y tras varios estudios, llegaron al diagnóstico.
Durante el proceso de internación, los niños recibieron apoyo escolar dentro de las instalaciones del hospital. Esto permitió que continúen con las tareas escolares y sigan avanzando tanto en salud como en educación.
Sobre la enfermedad y el tratamiento
El osteosarcoma es un tumor óseo causado por la proliferación de células malignas. Es el cáncer de hueso más común en niños, constituye el 20 % de los tumores primarios del hueso. Afecta mayormente a la franja etaria de 10 y 20 años, y en menor porcentaje a niños y niñas menores de cinco años, según comenta el Dr. Jorge Vera, traumatólogo infantil del hospital pediátrico, quien fue uno de los responsables, junto a profesionales anestesiólogos, instrumentadores y circulantes de quirófano, y con la colaboración del Dr. Humberto Galleano, de las primeras dos cirugías de esta índole en el “Acosta Ñu”.
El profesional explica, además, que estos tumores se originan más comúnmente en los huesos largos como fémur distal, tibia y humero proximal (50 % alrededor de la rodilla), aunque puede aparecer en cualquier hueso del cuerpo, con capacidad de metastatizar muy precozmente, por lo tanto, el Dr. Vera reitera la importancia del diagnóstico y tratamiento inmediato.
El tratamiento del osteosarcoma consiste en una terapia multimodal. En principio, se realiza quimioterapias, posterior a ella una cirugía oncológica, pudiendo ser de dos tipos: la resección del tumor y preservación del miembro, o una cirugía de amputación del miembro, seguidamente de terapias adyuvantes de quimioterapia. Posterior a esto, inician el proceso de fisioterapia, la duración depende de las estructuras anatómicas afectadas y la respuesta de la persona en tratamiento.
Cabe mencionar que los procedimientos quirúrgicos, de diagnósticos, terapéuticos e internaciones realizados en el “Acosta Ñu” no representan costos para los usuarios.