Los Santos no son personas diferentes a nosotros, en todos los tiempos ha habido santos, de diferentes edades, unos han sido santos desde pequeños, otros llevaron una vida en la que no conocían a Dios, no obstante, cuando se encontraron con Jesús, cambiaron, y decidieron ser felices siguiéndolo.
Ser santos es querer seguir a Jesús, actuar como él, hacer el bien como él, amar como él.
El Papa Francisco explica muy bien cuál es el camino a la santidad y lo repite a menudo: «…todos estamos llamados a la santidad. Los Santos y Santas de todos los tiempos, que hoy celebramos juntos, no son simplemente símbolos, seres humanos lejanos e inalcanzables. Por el contrario, son personas que han vivido con los pies en la tierra; han experimentado el trabajo diario de la existencia con sus éxitos y fracasos, encontrando en el Señor la fuerza para levantarse siempre y continuar en el camino.