Las afirmaciones corresponden al director de la cárcel regional de Ciudad del Este, al referirse al megaoperativo llevado a cabo desde la madrugada de este miércoles, con la incautación de gran cantidad de armas, drogas, celulares y bebidas alcohólicas de fabricación casera.
Participaron del mismo, 200 agentes policiales y militares, tres fiscales y todo el sistema de seguridad carcelario. A todos ellos, se les incautó su teléfono celular para evitar que tengan contacto previo con la población penal, y a su salida, todos fueron revisados de nuevo para que nadie saque algún objeto incautado.
Fue un operativo montado cuidando todos los detalles, y su organización corrió por cuenta exclusiva del Lic. Benjamín Ozuna, director de la cárcel. “Cambiamos de estrategia, y esta vez hicimos la formación de los internos en el patio de la Policía, y no tuvimos ningún incidente”, explicó.
Ozuna afirmó además que explicaron a las Personas Privadas de su Libertad (PPL) cuál era el objetivo, que es tener una Navidad en paz y evitar toda acción de los grupos criminales cuyos integrantes se encuentran dentro del penal. Por tanto, se apartó a los más de 700 miembros del Primer Comando Capital (PCC) por un lado, y el resto de la población penal por otro, y en total hoy amanecieron 1.800.
“Hace tiempo vengo trabajando con la población penal. La mayoría quiere la paz. Hay gente que está en proceso de reinserción, que trabajan fábricas de ropas, hay mucha gente de bien, que la gente de afuera no ve”, afirmó el alto funcionario.
Respecto a la clasificación del PCC, afirmó que eso era una cuestión necesaria, ya que manejan una ideología criminal internacional que mueve 600 millones de dólares al año, y la intención es evitar que ellos sigan reclutando a jóvenes que tienen posibilidad de ser reinsertados.
“Eso vamos a combatir, no vamos a entreverarlos para que el PCC pueda reclutarlos. Les apartamos a los que hacen tatuajes, mucha gente no quiere ser del PCC y son obligados, y además ahora estamos trabajando en la expulsión del país de unos 100 presos brasileños que tienen condena en su país. No lo hacemos por maldad, sino por amor, por una Navidad segura. Ellos se pelean borrachos y ponen en peligro a todos, entonces por la salud y por la vida, lo estamos haciendo”, afirmó finalmente Benjamín Ozuna.