El intendente de Ciudad del Este está imputado solamente en dos causas, ambas por hechos similares, pero con montos de sus fraudes o robos, bien diferentes. En una de ellas, por Lesión de Confianza y Asociación Criminal, por la compra simulada de panificados por G. 306 millones de guaraníes en la pandemia, ya está acusado y con pedido de juicio oral y público, y con solicitud de prisión domiciliaria por parte del Ministerio Pública.
En la otra imputación, en el caso TÍA CHELA, también por compra simulada de kits de alimentos y también durante la pandemia, el daño patrimonial que produjo es mucho mayor, de casi 3.000 millones de guaraníes, y en esta causa aún no tiene acusación, ya que, a pesar de haberse presentado algunas veces, siempre fue para chicanear y huir como rata de la justicia. En ambos casos, ni siquiera llegó a audiencia preliminar, y jueces y fiscales complacientes le dejan abusar del Código Procesal Penal (CPP) junto a sus coimputados.Se trata de otro año perdido de la Fiscalía para uno de los corruptos más grandes de la historia de Ciudad del Este, a tal punto que, carga con 45 denuncias de corrupción en su contra, todas documentadas y ampliamente probadas, pero el Ministerio Público a cargo del débil Emiliano Rolón Fernández ni siquiera imprime diligencias que conduzcan a una imputación, en casos donde los robos fueron miserablemente visibles, y hoy apuntan hacia la impunidad total.
En las dos imputaciones, son las mismas personas de su primer entorno quienes “le acompañan” en los procesos, como el hoy concejal Sebastián Martínez, vergonzosamente electo por sus colegas con la alta distinción de presidente de la Junta Municipal; la ex novia del intendente, Emili Vanesa Florentín, con una caterva de familiares de ésta, y otra de funcionarios de la Municipalidad de Ciudad del Este.
Son al menos dos de las causas que tienen diligencias realizadas y con imputaciones, mientras las restantes más de 40, acumulan polvos en las gavetas de fiscales venales que no disimulan su apego al dinero sucio, conducen los millonarios saqueos de Miguel Prieto Vallejos y su pandilla, hacia la impunidad que él siempre había criticado cuando estaba del lado de las luchas ciudadanas contra el clan Zacarías. Hoy es uno de ellos, pero peor.