REGIONALES

En CDE, Mons. Collar pide practicar la solidaridad, y en Caacupé la Iglesia pide un Paraguay más justo

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En misas de Pascua a lo largo y ancho del país, la Iglesia Católica se pronunció en algunos casos sobre la realidad de nuestro país, aunque en la mayoría de los casos, Sacerdotes y Obispos se ocuparon a hacer alusión a la Resurrección de Jesús, como el día más glorioso para el ser humano.
En la Catedral San Blas de Ciudad del Este, Monseñor Pedro Collar, presidió la misa de Pascua, e invitó a llenar de esperanza la vida cristiana, vivir como seguidores de Jesús, practicando el amor, la solidaridad y comunicando la buena nueva en el mundo. “Es el día más glorioso, porque celebramos la resurrección de nuestro señor Jesucristo y su victoria sobre la muerte, y la promesa que nos regala sobre la vida eterna, afirmó el Obispo de Ciudad del Este.
Entretanto en la misa de Pascua en la Basílica de Caacupé, Monseñor Ricardo Valenzuela también reflexionó en forma similar, pero hizo un llamado a las autoridades a transformar el Paraguay en un país más justo, fraterno y con fe.
El prelado sostuvo que la fe en la resurrección nos propone pasar de una situación de vida marcada por el pecado a otra situación de vida marcada por la intimidad, la confianza, la solidaridad, la caridad, la apertura a lo trascendente y a la esperanza.
“Nos ponemos más allá de la absurda muerte y de las miserias. La muerte ya deja de ser absurda, pero si lo es para alguien, entonces se nos propone, desde la fe más profunda, que Dios nos ha destinado a vivir con él. No es posible negar la dinámica de la resurrección, estamos llamados a vivir para siempre”, afirmó ante los fieles en la explanada de la Basílica.
El obispo de Caacupé afirmó que un nuevo país debe ser construido con la participación de toda la ciudadanía y que las autoridades actuales “tienen la magnífica oportunidad de dar el nuevo horizonte al Paraguay”. Además, los instó a asumir este desafío y “gastar sus energías” en un mejor futuro.
“El punto de partida deberá ser este principio cívico y moral: No hay desarrollo sin seguridad. No habrá paz social con inequidades y sin justicia”, exclamó. Indicó que para esto hay una condición indispensable y es la de “darse cuenta de que se debe cambiar de mentalidad, actitudes y valores”.
“La Pascua de Cristo y la Palabra de Dios nos iluminan para pasar de la esclavitud del pecado al reino de la gracia, del amor y de la libertad. La fe en la resurrección es la base de todo aporte verdaderamente genuino y original de los cristianos a la humanidad en las relaciones sociales, en la economía, en el pensamiento, en las obras de bien, en la defensa de los derechos humanos”, afirmó finalmente Valenzuela.

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